La vida como obra de arte: Picasso

Leía no hace mucho sobre el psicoanálisis y su relación con la historia del arte. De como los artistas acudían a éste para indagar en sus propias psique, o los críticos recurrían a metodologías psicoanalíticas para interpretar posibles simbologías en cuadros, dibujos, esculturas…

Existen dos posibles vías para no renunciar a la satisfacción de los instintos: una, es a través de procedimientos artísticos (Freud entendía el proceso artístico como el contacto que el artista mantiene con su realidad oculta, primitiva, instintiva y erótica) y, otra es transformando nuestro entorno real.

Cuando leía esto último, me vino a la cabeza la vida de Picasso. No sé si podríamos decir de Picasso que era un excelente hijo, ni marido, ni padre de familia. Sin embargo, su vida es tan interesante de estudiar (mujeres, amantes, pérdidas, artistas, marchantes, hijo) como inagotable es su obra (modernisme, cubismo, clasicismo, surrealismo). Mientras Picasso satisfizo sus instintos por ambas vías, otros aún ni la artística ni la vital.

Pero cómo le digo a mi madre que no iré a casa por vacaciones, o a los compañeros de trabajo que paso de ir a la cena de navidad, que prefiero estar escribiendo o…lo que sea. A estas cosas nos gustaría decir que no, pero aunque nos molesten acudimos porque es lo que nos mantienen con los pies en la tierra. Por eso creo que nunca rozaré el mundo de los instintos y del arte por mí misma. Tendrá que ser por las vivencias de aquellos que bajen a los infiernos y me ofrezcan sus tesoros

 

 

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