Si no recuerdo mal (seguramente así es, vosotros me corregiréis) en La insoportable levedad del ser, Kundera distingue tres tipos de personas según la presencia que éstos tienen presente cuando batallan con su cotidianidad. Más o menos: había quienes actuaban de cara a la galería, quienes tenían presente algún ser querido ya ausente, o quienes se imaginaban bajo la mirada de quien incluso ignoraba casi su existencia.
Dardo en la diana. Me imagino sentada ante un tribunal declarándome no inocente por recurrir a extraños y a fantasmas en mi excursión diaria.
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