agosto 2008

  • Andando sin

    Hay épocas en que involuntariamente comienzo a caminar de puntillas, dejando mi talón al descubierto. Se podría decir que, como Aquiles, muestro mi vulnerabilidad desde el suelo (me mantengo en equilibrio con mucho esfuerzo). Un buen día, cuando aún tus talones no pisan del todo, te invitan a una fiesta, y sin dudarlo, (a quién…